Tweet

Wilcomen!

Hallo.

Espero que te gusten las historias.
Sígueme en Twitter: @LauraEspbath14
Agrégamen en msn: so_yesterday_1445@hotmail.com
Y dále like a mi pag en Facebook: www.facebook.com/stop.ya.es.hora

lunes, 8 de agosto de 2011

Fobia capítulo 6


Capitulo 6.


Si lo que buscas lo puedes encontrar sin lastimar a nadie, por favor hazlo. Es tan doloroso saberse usado, lastima doblemente: primero porque manda el mensaje de que sólo sirves para eso, y el segundo tiene que ver con el proceso, si es en cuestiones de amor, puede ser que el usado se enamore del marionetista, como yo; y uno se siente desdichado y vacio. Es ser un poco rudo… qué digo poco, muy, muy rudo con las personas que usamos para cometer el acto en cuestión. Es un error.



Al día siguiente ya tenía que cumplir horario de clases. Por suerte había conseguido un pequeño mapa con mi vecino de cuarto, Gustav, era un chico muy amable. Parecía algo distinto de todos, era amable. Una cualidad que aun no le había identificado a ningún otro. Tuvo mucha paciencia conmigo y me llevó a mi primera clase, pues nos toca juntos. 



No va en mi año, pero debe tomarla pues falló esta materia, y en el trascurso de ella noté por qué: el profesor, Martin Berger, es de los peores. No es que sea mal maestro sino que representa una distracción en su propia clase. Trae el peluquín más barato que se pueda hallar en el mercado estos días.



Se su ponía que esta academia era muy fuerte con los estudios, pero justo a mi lado había un chico dormido, mas adelante había un chico que ni siquiera tuvo a decencia de si quiera tratar de disimular que traía auriculares, y ni hablar de los molestosos que se sientan en la parte de atrás. Lo hacen para tener vista panorámica del curso y notar lo mínimo para hacer desmadre.



Y lo sé porque yo solía ser así… en mi otra escuela. Lo seria en esta, esperaba hacerlo, pero ando con los ánimos por el suelo.



No quiera siquiera pensar en lo que iba a hacer, si lo 
pensaba me moría de vergüenza conmigo mismo, pero tenía que planearme. Soy hombre de palabra, y si dije que… que… que me voy a acostar con… él pues es porque lo haré. 



Lo peor de esto es… esperen, todo es malo: que sea obligado, que es hoy, que lo prometí y… que mierda soy virgen. Da lástima que mi primera vez sea con una persona que no me aprecie. Es un desastre.



Lo que pensé es preguntarle a Andreas, pero no lo he visto. 
Al terminar la clase me fui directo a mi cuarto, me bañe y vestí con toda la calma del mundo, no hay porqué acelerar lo inevitable. Salí al pasillo, y lentamente caminé hacia afuera.



Sin muchas esperanzas ya de salvarme, me senté en la banqueta donde una vez lo vi, a pensar qué hacer. 
Tenía que averiguar su número de cuarto, pero no soy tan tonto como para preguntarle a cualquiera… pero si encontrara a Andreas, tampoco podría, me muero de la vergüenza de decirle para qué la quiero.



-Oye…



Levanté la mirada. Abrí los ojos como platos.



- ¿Q-qué haces aquí?-pregunté como si el instituto tuviera cercas de retención…



-Venía por mi presa. 



-Ah, es eso... claro-volteé la cara.



-Nada de eso-se rió y se sentó a mi lado-. No te apures, estas cosas no se apuran.



No le entendí. Busqué las verdaderas palabras en su rostro, pero él me miraba inexpresivo, no podía leer nada en su cara, no había frustración o enojo, más bien estaba alegre… quizá.



- Tom, ¿qué?



- No quiero que cumplas tu promesa, bueno… Sí quiero, pero no quería que te sintieras forzado a tener nada conmigo por una promesa-dijo, yo tenía la mandíbula hasta el suelo-. Tampoco hay que apurar nada… Después de todo, somos novios… ¿o no?



-No te entiendo-me hice el tonto para escucharlo de nuevo, creo que estaba sonrojado-. Anoche…



-Olvida lo de anoche, al menos, olvida lo que te molestó que pasara. Y escucha, no soy mala persona, admito que utilizo todos los medios para obtener lo que quiero, pero no te dañaría por querer estar contigo. Es si tú quieres también.



-El problema, Tom-llamé su atención-es que yo sí quiero.



- ¿Quieres…?-meneó la cabeza.



-No digo que quiera… ‘cumplir mi promesa’ ahora, pero no me desagrada esa idea tampoco. 



-Ven aquí-abrió los brazos.



Lo abracé. ¿No importaba si nos veían? Al menos a mi no me importó en ese momento, pero no a los demás…



-¡Señor Trümper! ¿Qué están haciendo ustedes dos?



-Nada…-Tom se apartó con una sonrisita, pero enseguida se puso serio al ver quién le hablaba, por lo que yo hice lo mismo. Parecía una profesora o algo así.



Ella dudó un segundo, pero retomó su postura severa.



-Parecen de ahí los dos-extendió el brazo señalando alguna dirección especifica por el camino de piedras.



-No estábamos haciendo nada, señora Carmen-se escudó Tom.



-Señorita Carmen, para usted. No me venga con esa, yo los vi muy bien, y ya sabe que está p-r-o-h-i-b-i-d-o esa manoseadera en este instituto. Vamos, vamos-se acercó a nosotros y nos haló para pararnos.
-Sí ya sé que es ‘señorita’-se burló Tom, pero ella no dejó de halarlo.



- ¡Oiga!



- ¡Muévanse!-me haló entonces más fuerte.



- ¿Y no que estaba prohibida esta manoseadera? 
Ella se molestó más aun y nos haló por la oreja y así nos llevó hasta la oficina del prefecto.



Al llegar ella entró y nos dejó esperando afuera.



Miré a Tom.



-¿estamos en problemas?



-Si-afirmó tristemente, pero luego ladeó la sonrisa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario